Hola lectores! aquí traigo el capítulo 10, re-atrasado como siempre, pero lo traigo :D espero que les guste.
Quedé de
encontrarme con Peeta en la plaza de la ciudad para hacer algunas compras y de
paso salir un rato a observar cómo van las cosas por el Distrito 12. Así que me
pongo los zapatos y me encamino a su encuentro. El leve viento de la mañana es
puro y fresco, lleno del aroma primaveral de las flores y del sonido de los
pájaros que vuelan alrededor, definitivamente el día luce glorioso. A unos
pocos pasos de llegar al sector comercial, donde ya muchas tiendas están en
funcionamiento, me topo con alguien por andar distraída mirando hacia la tienda
donde se supone me encontraré con Peeta. Cuando miro detenidamente hacia la
persona con la que tropecé, tengo que bajar un poco mis ojos ya que es solo un
niño. Y no cualquiera. Es Rory, el hermano pequeño de Gale.
-¡Katniss!-
exclama sorprendido.
-¡Rory!-
sonrío. Luce más alto, el cabello revuelto; no puedo evitar pensar que se
parece bastante a Gale…
-¡Oh!, mi
mamá pensaba que estabas en el 4 con tu madre. Nunca te había visto por aquí.-
dice igualmente sonriendo.
-Ah sí, es
que no acostumbro salir…-aparto un poco la mirada y veo que lleva una bolsa en
sus manos.- ¿Siguen viviendo en su antigua casa? ¿Cómo está Hazelle? - pregunto
cambiando de tema.
-Umm pues
sí, aunque estamos pensando en mudarnos, Gale quiere que nos vayamos a vivir
con él porque quiere tenernos cerca, pero mamá no quiere que nos vayamos así
que sólo lo estamos pensando.- Ahora recuerdo vagamente que Sae me dijo alguna
vez que Gale estaba en el 2, traté de sentir algún remordimiento o rabia hacia
él, pero no encontré nada.- Y ella sí
está bien, gracias por preguntar.- termina sonriendo.
-Umm. ¿Y
cómo está Gale?- pregunto de la nada.
-Le está
yendo muy bien allá en el Distrito 2, tiene un cargo muy alto y nos manda
dinero para los gastos de la casa. Por cierto, muchas veces ha preguntado por
ti.
Oh Gale. Me
quedo pensando en cómo hubieran sido las cosas si nunca hubiera ido a los
Juegos del Hambre. ¿Seguiríamos siendo amigos? O ¿si yo le hubiera dado cabida
a algo más…? ¿Habría correspondido los besos que me diera? Mi mente se nubla y
de repente empieza a enviarme imágenes de Peeta y por alguna razón, me olvido
completamente de Gale. Con Peeta en mi cabeza cualquier pensamiento de Gale y
yo juntos resulta inimaginable, incluso para mí, justo ahora cualquier acercamiento
entre él y yo me resulta impensable. No sé cómo antes no lo tuve claro pero ahora
sé con certeza, que las dudas que pude haber tenido sobre mis sentimientos
hacia Gale, están disipadas.
-Le envías
mis saludos.- digo con una sonrisa.- Y que le deseo muchos éxitos en el
Distrito 2.
-¡Claro!-
exclama Rory igual, empezando a caminar de vuelta por donde vino.- Le alegrará
mucho saber sobre ti.
-Se me
olvidaba, envía mis saludos a tu mamá también, ¡dile que la visitaré pronto! –
tengo que alzar la voz debido a que el chico se ha alejado bastante.
-Lo haré.-
oigo que responde responde, ya muy lejos.
Con un
último vistazo al camino por donde se alejó Rory, me dirijo finalmente a la
tienda de comestibles al otro lado de la plaza. Cuando entro, saludo al
vendedor que conocía del Quemador, y observo alrededor los estantes para
localizar a Peeta, pero solo encuentro otros clientes, todos desconocidos que
como usualmente, se me quedan mirando. Me siento en una de las bancas cafés
situadas en la esquina, a esperar.
Cuando ya
han pasado 3 o 4 minutos se abre la puerta. Es él. Me levanto rápidamente de mi
asiento y avanzo. Sonríe cuando me ve, lleva algo en su mano.
-Hola.-
saludo cuando llego a su lado.- Te estabas tardando.
-¡Hola! Sí
es que a última hora recordé traerte esto.- responde alzando la bolsa que lleva
en su mano.- Supuse que no habías desayunado.
-Oh, Peeta
¿qué me has…? - un suspiro se me escapa al coger la bolsa y captar el olor.-
Queso.
-Los bollos
que te gustan.- responde, luego le pide al dueño de la tienda que le de dos
batidos de fresa, nuevos en la tienda.- Y bien, ¿cómo estás?
-Muy bien.-
digo, luego muerdo un trozo de pan que he sacado.- ¿Y tú?- el hombre le entrega
los batidos y luego nos dirigimos a unos asiento cercanos.
-Toda ha ido
bien… Ah oye me encontré con el doctor Aurelius.- contesta algo indiferente y
después bebe del batido.
-¿Ya llegó?
¿Qué te dijo? ¿Cuándo lo podemos ir a ver?- pregunto y toso un poco, aún con la
boca llena.
-Tiene que
hacer unas cosas primero, me dijo que llegará a más tardar en la tarde o mañana
para vernos.- le da un mordisco a su bollo, y yo extiendo mi brazo hacia su
rostro y le retiro los diminutos restos del pan que le han quedado en las
comisuras de los labios.
Él me voltea a mirar y esboza una pequeña
sonrisa.-Admito que a mí también me encantan.
-Creo que
nadie puede resistírseles.- respondo con una amplia sonrisa.
De vuelta en
mi casa, limpio un poco el polvo que se ha acumulado en los inmuebles del salón
ya que si el Doctor Aurelius viene, encuentre todo algo ordenado. Nunca he sido
muy buena en las tareas del hogar pero me defiendo bien en cuestión de aseo y
limpieza. Alrededor de la hora del almuerzo, sudo tanto que podría chorrear,
por lo que subo a mi habitación por un buen baño. Mientras que la tina se llena
me siento en el borde y comienzo a pensar en Gale sin previo aviso.
No he tenido
noticias de él en mucho tiempo, ni siquiera ha tratado de localizarme… o ¿tal
vez si? Recogí la pila de cartas que tenía acumuladas en el rincón del salón y
las guardé en un cajoncito de la cómoda ya que no pensaba leerlas pero, ¿será
que Gale se ha comunicado mediante ese medio? O quizá me haya llamado al
teléfono pero al ver que no contestaba se rindió. Realmente no sé, y no es que
me deba interesar pero tener una amistad tan fuerte con alguien y romper los
lazos tan repentinamente… Pienso en Prim y en que Gale tuvo algo que ver con
eso y la rabia y el rencor se apodera de mí tan rápido que noto que agarro
fuertemente los bordes de la tina. Definitivamente haber dejado a Gale de lado
fue lo mejor que pude hacer. No soy de
las que perdona por lo que es difícil alejarme, en especial de él…, de mi mejor
amigo. Empiezo a sentir que las lágrimas acechan por la contrariedad de mis
emociones y me obligo a no pensar más sobre el tema.
Tardo una
eternidad en el baño dejando que el agua y la espuma me relajen y cuando salgo
me pongo unos pantalones y camiseta cómodos para pasar el resto del día.
Situándome frente al gran espejo de mi cuarto advierto que estoy pálida, tanto
así que parece que estoy enferma, desentonando con el tono aceitunado de mi
piel; por lo que pellizco un poco mis mejillas para darles algo de color. No
tengo entendido si el Doctor Aurelius llegará a la casa de Peeta o a la mía,
solo espero que si llega adonde Peeta, éste se tome el tiempo de venir a
buscarme y no empiece a hablar él solo con el Doctor.
Bajo a la
cocina por un bocadillo y es cuando escucho los golpes en la puerta. Cuando la
abro encuentro a Peeta con una casi imperceptible sonrisa en sus labios, los
hombros un poco caídos y una mirada de nerviosismo, sin embargo al hablar, su
voz es bastante firme.
-Hola,
Katniss.- saluda- Ya llegó el Doctor.
Qué rápido.
Pensé que llegaría entrada la noche y no le daría tiempo llegar hoy, debe tener
muchas ganas de hablarnos. Empiezo a sentir algo de miedo por lo que dirá,
aunque también un poco de ansiedad, así que trato de calmarme.
-Hey,
Peeta.- respondo, sonriendo- Bueno, supongo que quiere vernos enseguida, así
que vayamos de una vez.- Entro a mi casa de nuevo y recojo mis llaves. Al darme
la vuelta después de haber cerrado la puerta, lo encuentro con sus ojos fijos
en mí.
-Katniss, ya
sabes que no tienes que hacer esto si no quieres, sé que es muy difícil…
-Peeta, no
quiero discutir al respecto. Iré contigo porque quiero, no porque me sienta
obligada.- lo interrumpo, mirándole seriamente. En ese momento decido que tengo
que ser fuerte, por Peeta, ya que quiero que se recupere totalmente.
-Siempre tan
obstinada.- responde bromeando.
-Ya calla.-
digo rodando los ojos, pero sonriendo. Tomo su brazo y empezamos a movernos
hacia su casa. Mientras caminamos, lo miro de reojo buscando alguna manera de
animarlo, él siempre lo hace conmigo y ahora mismo desprende cierto miedo e
inquietud que sólo quiero encontrar una manera de poder animarlo. De repente
voltea y me pilla observándole.
-¿Qué?-
pregunta, curioso.
-Pensé que
no vendrías a buscarme, es decir, que te quedarías hablando tú solo con el
Doctor.- le suelto lo primero que se me ocurre, que es algo en lo que venía
pensando ya, sin embargo un poco avergonzada de que me haya visto espiándolo.
-Ah pues,
aunque en parte no quisiera que estuvieras allí, otra parte sí lo quiere y de
hecho, lo necesita.- admite, sincerándose.- Me da un poco de nervios estar ahí
solo…
Algo dentro
de mi pecho se agita al oír que necesita que yo esté ahí, con él.
-Bueno, ¡es
tu día de suerte!- exclamo riendo un poco, tratando de animarlo.- Y no te
preocupes, estaré contigo todo el tiempo.
Con una
última sonrisa, entramos en su casa.
<3
Bien, al fin apareció Gale.
Tenía que aparecer en algún momento y pues el momento no se hizo esperar. Sólo que no aparecerá de la forma que todos creen.
Pues bueno, gracias por leer y no se olviden de comentar cualquier cosa :)
¡Que la suerte esté siempre de vuestro lado!