Hola mis queridos lectores :) Hoy con un nuevo capi!! Como siempre, perdonen mi tardanza pero qué... la Universidad se toma casi todo mi tiempo, sin embargo, espero que los que aún me leen, me disculpen y pues... El próximo capítulo eso sí, el martes o el miércoles, me motivarían más si encuentro sus comentarios, diciéndome todo lo que piensan de la historia en general! :D
Una cosa más, este capítulo es una especie de puente hacia lo que se viene... No es el mejor, pero es necesario, espero que les guste y que disfruten de la lectura!!
-¿Qué?- cuestiono en shock.- ¿De dónde sacas eso?
-Sí, sí… Sé que es raro y que bueno yo no es que esté en
mis mejores condiciones físicas y mentales para decir tal cosa, pero es que…
Katniss, yo estoy normal y tranquilo haciendo mis cosas y de repente siento
como esta… vibra extraña.
-Primero, tú estás en buenas condiciones físicas y
mentales, repítete eso. Y segundo… creo que una vez sentí lo mismo, pero sólo
una vez… Recuerdo que fue cuando me devolvía de la casa de los Ganger y pues
salí a la calle un poco más tarde… Pero no ocurrió nada.- digo reflexionando la
situación.
-¿Llegaste a casa bien? ¿No te pasó nada?- pregunta
mirándome angustiado. Una calidez me recorre al darme cuenta que la mano que le
agarré y que antes no se había dignado en agarrar de vuelta, ahora me la
sostiene firmemente.
-Sí, llegué. Pero todo el camino sentí que me
observaban.- respondo mirando ahora de un lado al otro en busca no sé de qué.
-Escucha, Katniss… Si es verdad que estamos siendo
observados, vigilados o lo que sea… Tenemos que actuar precavidos… Yo creo que
lo mejor es que… Nos vayamos del 7.- declara entre susurros.
-¿Qué? ¡No!- replico alzando la voz.- Perdón…- y hablo
más bajo.- ¿Y si todo son simples paranoias nuestras…? Al fin y al cabo no nos
ha pasado absolutamente nada Peeta. Llevamos alrededor de un mes y seguimos
bien… Escúchame: Si alguien nos quisiera hacer daño, te aseguro que ya nos lo
hubiese hecho. Y te juro que además, aunque lo hubiera intentado, no le hubiera
dejado tocarnos un centímetro, y menos a ti.- declaro mirándolo fijamente,
dejando salir mi instinto cazador.
-Pero aun así corremos riesgo Katniss… Se supone que
vendríamos aquí a relajarnos… A no pensar más en todo el pasado… Y mira ahora
esto.
-Sea lo que sea… Es mejor enfrentarlo ahora ¿no? Tal vez
hace unos meses no podía… Pero ahora he recuperado mis fuerzas, y no me dejaré
acabar por nada.
- Eres tan valiente, ¿lo sabías?- dice mirándome ahora
con cariño.- Todo lo que has sufrido te ha hecho más fuerte.
-Nos ha hecho más fuertes. Tú eres más fuerte y más
valiente ahora también.- sonrío y lo miro hablándole con sinceridad.
Nos quedamos un minuto en silencio, en contemplación de
nosotros mismos, mientras yo lucho por encontrar el tan familiar brillo en sus
ojos para mí. Pero no alcanzo a ver nada porque se aleja de mí.
-Vámonos, es tarde.- y se aleja un paso sin echarme una
última mirada.
-Umm sí…- respondo algo decepcionada y avanzo en
dirección a la casa con sus pies siguiendo tras de mí.
Caminamos en silencio, algo nerviosos después de tal
conversación. Peeta no lo dijo, pero si es verdad todo lo dicho… ¿quién es más
probable que esté detrás de todo esto? O mejor dicho, ¿quiénes? La respuesta
viene a mí un segundo después. Fieles seguidores del ex-presidente Snow. Un
escalofrío me recorre de pies a cabeza y siento naúseas sólo de pensar en él.
¿Será posible? ¿Una última pelea? ¿Me siento lo suficientemente bien como para
poder pelear? Detengo de golpe esta línea de pensamientos tan perturbadores. Me
obligo a parar y tomar un respiro profundo. Ya estoy pensando en peleas y ni
siquiera hay certeza de que alguien nos persiga, y si lo hacen ¿por qué tiene
que ser para algo malo? ¿por qué pensar siempre en lo peor? Todo es producto de
mi naturaleza escasa de confianza en las cosas. Supongo que siempre seré así…
Aunque quisiera algún día poder vivir tranquila y simplemente confiar…
-¿Katniss?- Peeta me sacude de mi estado de inercia.-
¿Katniss? Reacciona.
-Umm. Sí, sí… Perdona…- despejo mi mente y enfoco mi
mirada en él.
-Te has quedado parada y mirando de largo, ¿seguro estás
bien?- dice posando su mano en mi hombro.
-Sí… Sólo… me reposaba.- miento. Debo dejar de pensar
tanto. Esa fue una de las cosas que nos recomendó el Dr. Aurelius, “relajarse y no pensar” recuerdo que
dijo.
-Bueno… entonces sigamos.- susurra Peeta no muy
convencido de mi respuesta. De seguro hasta sabe lo que estaba pensando.
Seguimos caminando y entre miro de un lado a otro en el
bosque, no miro una rama que atravesaba el sendero y caigo de bruces en la
tierra áspera. Peeta corre a ayudarme y levantarme.
-Parece que hoy Katniss Everdeen es la que está bastante
ruidosita.- bromea para aligerar el ambiente.- ¿Estás bien?- musita cuando ya
me he levantado.
-Ja, ja y el buen panadero corre a salvarla, hoy se
cambiaron los papeles.- digo con una sonrisa, ignorando por el momento el
ambiente pesado de antes- Y creo que necesito de sus cuidados señor Mellark
puesto que de hecho, me duele un poco el tobillo.
-¿Qué? ¿En serio? Déjame ver.- y se agacha para echarle
un vistazo a mi tobillo.
-No es nada importante… Un golpe insignificante.- digo
para que se tranquilice, puesto que en realidad, el dolor ya se estaba yendo.-
Levántate.- así que me inclino y lo cojo por los hombros suavemente para
ayudarlo a levantarse.
-Cuando lleguemos a casa te revisaré, tal vez tengas un
morado o algo.-declara poniendo su mano en mi espalda.- Ahora te ayudaré a
andar, no quiero que vuelvas a caer.
-Gracias…- susurro, enternecida por su preocupación por
mí... Tal vez sí que haya posibilidades de que regrese a mí… Posibilidades
grandes. Tengo que poner más de mi parte.
Llegamos a la casa sin ningún inconveniente más en el
camino, y Peeta me dirige directamente al salón donde hace que me recueste a lo
largo en el sillón, luego sale por unos momentos y cuando regresa, trae consigo
un tarrito lleno de ¿crema?
-¿Qué es eso?
-Un ungüento que encontré en el maletín de primero
auxilios.- dice cogiendo un banco ubicado en una esquina y colocándose en la
zona de mis pies.- Me dices si te duele.- y empieza a aplicar la crema
delicadamente en la zona donde alcanzo a ver un moratón verde pero muy difuso.
-No duele para nada, pero tus manos son mágicas… Ya
comprendo la ricura de tus panes.- digo sonriendo juguetonamente.
-Espero que eso sea un cumplido.- dice sonriendo
concentrado en su tarea. De repente toca un punto que no estaba abarcado por el
moratón y yo doy un respingo al notar que es la parte que más duele.- Creo que
el asunto es un poco más grave que lo que supusimos… Creo que… ¿te gustaría un
masaje? Mi papá me enseñó uno muy efectivo para dolores en los tobillos.-dice,
levantando la mirada y con un extraño brillo en sus ojos.
-Umm… te lo agradecería enormemente.- respondo cautelosamente.
Hablar de sus padres es un tema delicado, así que no lo menciono.
Increíble, es increíble. Las manos de Peeta en verdad
son mágicas, la manera como soba, moviendo los dedos rítmicamente, haciendo
círculos… círculos aquí y allá, con fuerza y luego con suavidad. Su padre le
enseñó bien. Me levanto con un poco de dificultad para mirar mejor su trabajo.
-Eres mágico.- digo observándolo maravillada. Él levanta
su mirada y sonríe.- Es en serio, ya casi no siento nada. ¿Se lo has hecho a
alguien más?- pregunto, sumamente curiosa.
- A mi madre, y algunas veces a mis hermanos cuando
venían cansados y… ¡ah sí! Delly Cartwright. Una vez cuando se cayó en el
colegio.
Una sensación rara me recorre una vez que me imagino a Peeta
haciéndole un masaje de éstos a Delly Cartwright… Creo que ella está allá en el
12, pero no la he visto, ni quiero hacerlo.
-Oh… Eso es genial.- digo desanimada. Peeta lo nota.
-¿Qué pasa? Te estoy lastimando.- y entonces retira sus
manos de mi pie.
-No, no… no pasa nada.- digo y sin pensar pongo la mano
sobre la suya.- Gracias, me gustaría agradecértelo de alguna manera.
-Tranquila.- dice, siempre afable.
En un momento de cómodo silencio, lentamente y sin
presión, me inclino y deposito un beso en su mejilla. Temí que se apartara en
cuanto tocara su mejilla, pero simplemente suspiró, y después de un segundo, me
alejé. Por alguna razón, no puedo mirarlo a la cara y por el rabillo de mi ojo,
alcanzo a visualizar cómo mueve las manos nerviosamente en su regazo.
-Te traeré un poco del almuerzo del mediodía.- dice con
una voz sin ninguna emoción, y se retira del salón.
Siento como si mi corazón se hubiera hundido en un
momento… No era esa la respuesta que estaba esperando por parte de él. Era un
momento casi íntimo y por la razón que sea, de alguna manera esperaba que con
esa muestra de… lo que sea que quiero demostrarle, él reaccionara efusivamente
o que al menos, sonriera. Es tan deprimente esperar las cosas y que no salgan
como uno desea. Suspiro pesadamente. Tonta de mí.
Notas: Bueeeno, espero que les haya gustado, como vieron Peeta se sigue rsisitiendo a las pocas muestras de "amor" que Katniss le da... Pero bien, esto pronto acabará... No digo nada más jaja XD
Sin más, espero sus comments y sugerencias, opiniones, críticas (constructivamente) eeeem fin, solo comenten :D Un abrazo para todos lo que leen!
Y bien... Que la suerte esté siempre de vuestro lado.
Bueno, Katniss, creo que Peeta te está dando de tu propia medicina, jajajajaja... tú lo hiciste esperar años, ahora aguántate, jajajajjaa.
ResponderEliminar¿Y todavía no se sabe quién los sigue? bueno, estaré esperando la continuación y por supuesto, también espero con ansias "lo que se viene"...