HOOOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAAAAAAA MISSSS QUERIDOOOS LECTOREEEEESSSS <33333
POR FIN, DESPUÉS DE... ¿3 MESES? HE REGRESADO CON USTEDES PARA SEGUIRLES COMPARTIENDO MÁS DE MI IDEA DE HISTORIA. :) EN VERDAD QUE SE ME CAE LA CARA DE LA VERGÜENZA PERO BUENO... UNO SIEMPRE TIENE INCONVENIENTES ¿NO? LOS ESTUDIOS, LA FAMILIA, LOS DEBERES, EN FIN... NO TENGO EXCUSAS QUE TRAERLES ESTA VEZ, O BUENO SÍ... PERO SON DE LAS DE SIEMPRE Y NO QUIERO ABURRIRLOS CON ELLAS.
SÓLO QUIERO QUE SEPAN QUE POR MÁS QUE ME DEMORE UNA ETERNIDAD EN PUBLICAR, NUNCA, JAMÁS DEJARÉ ESTA HISTORIA, LA EMPECÉ CON EL PROPÓSITO DE TERMINARLA Y ESO HARÉ. TENDRÁN MÁS DE MÍ AÚN POR MUCHO MÁS TIEMPO XD.
EN FIN, YO SÉ QUE AHORA SON POCAS LAS PERSONITAS QUE ME LEEN, PERO A ESAS PERSONITAS LES QUIERO PEDIR QUE ME DISCULPEN, Y QUE ES ES GRACIAS A USTEDES Y SUS COMENTARIOS LOS QUE ME HACEN SEGUIR Y CONTINUAR BRINDÁNDOLES UNA HISTORIA QUE YO ESPERO QUE AÚN LES SIGA GUSTANDO Y CAUTIVANDO...
BIEN, HABLANDO DEL CAPÍTULO, LES CUENTO QUE HA SIDO UN AUTÉNTICO RENEGADO, SE ME HA RESISTIDO COMO NUNCA, PERO BUENO, ESTO ES LO QUE HA SALIDO, LO HE HECHO EXTRA-LARGO EN RECOMPENSA POR LA LARGA ESPERA, ASÍ QUE PREPAREN SU VISTA, Y ¡A LEER! POR FIN
Recomendación: Tal vez necesiten releer el capi anterior, solo si no lo recuerdan, ya que es una secuencia :)
Y pues como dato, mientras escribía, escuchaba Atlas de Coldplay, que por cierto aparece en el soundtrack de En Llamas :)
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Una nueva semana llega a los extensos y arbolados
terrenos del distrito 7, trayendo consigo una nueva aura, un nuevo ambiente, un
nuevo aire para respirar, casi como un presentimiento, como una visión, un
sentimiento optimista que hace mucho no se sentía en esa vivienda casi
abandonada y olvidada en la aldea de los vencedores en el distrito 7,
especialmente más notorio en un ambiente en el que antes no había más que
soledad y desolación. Y es que definitivamente la perspectiva de trabajar (y aunque
sea en algo tan normal), de hacer algo nuevamente por mí misma o por los demás
me llena de un sentimiento de satisfacción y hasta orgullo que podría decir que
creí enterrado mucho tiempo atrás debido a los juegos y la guerra. Y aunque
definitivamente las circunstancias y los tiempos sean distintos, ese instinto
de supervivencia prácticamente innato en mí sigue más presente que nunca. Y es
que al final es todo sobre eso, ¿no? Sobrevivir, seguir adelante, vivir la
vida, no dejarse vencer por los problemas por más terribles y oscuros que
puedan ser… Es casi una analogía, aunque de una manera totalmente diferente al
menos… En el pasado, sobrevivíamos; mi familia y yo, salía a cazar, negociaba
en el mercado, administraba las cuentas y le llenaba la tripa vacía a mi mamá,
mi hermana y a mí. Un ciclo completo de supervivencia.
Ahora, en estos nuevos tiempos, de igual manera
sobrevivimos, cada quién a su manera, tal como Peeta y yo hacemos… sólo que la
cosa se ha volteado un poco, lo cual es un completo eufemismo fundado en que mi
mente no quiere rememorar ciertos hechos. Como decía, la supervivencia
continúa, Peeta yendo a su trabajo donde
los Ganger, trayendo la comida y cocinándola, tratando cortésmente conmigo…
sobreviviendo.
Yo, por otro lado, me levantaba, vagaba por ahí sin
rumbo fijo en las profundidades del bosque, comía lo que Peeta preparaba o
eventualmente lo que cocinaban los Ganger, trataba cortésmente con él de igual
manera… sobrevivía... Sin embargo esta supervivencia tan característica en mí
era el fantasma de las pocas las fuerzas que me quedaban, y ahora que me doy
cuenta, esto sólo hacía que el vacío que sentía dentro de mí se acrecentara
cada vez más, creando un pozo, un pozo que sólo podía ser llenado volviendo, o
al menos tratando de volver a los viejos, pero conocidos tiempos donde me valía
por mí misma.
Tal vez ahora tengo un motivo… más que el de tratar de
volver a valerme por mí misma, y ese motivo es Peeta. La mirada que me dio ese
mediodía en casa de los Ganger reflejaba cuánto le alegraba el hecho de que
salga de la casa a una parte diferente a la del bosque, haga algo distinto,
conozca un nuevo lugar e incluso nuevas personas. Sé que no es tan propio de mí
hacer caso a cosas como esa, pero esa mirada fue esa llama que me impulsó a seguir
adelante con mi decisión y no echarme para atrás y devolverme al estado de
parcial calma en el que me encontraba.
Hace mucho tiempo que sobrevivía de tal manera que el
cansancio y el sudor no podían más conmigo, en el que cazar era algo
indispensable si quería seguir con vida, en el que sobrevivía con garras y
lágrimas… pero al menos tenía a Prim…
Después hubo un tiempo en el que seguía sobreviviendo, pero ya sin ahínco, sin
ganas de seguir puesto que mi vida ya no tenía valor, sólo un títere en manos
de gente inescrupulosa…, sí, sobrevivía, pero ya no por mí, sino por Prim, rendirme habría significado
fallarle.
Y ahora, bueno… ya no será
igual, y de eso debí darme cuenta desde que la guerra acabó. Por el momento,
sobrevivo y seguiré sobreviviendo… por Prim…
por mí… Por Peeta.
Hoy decidí levantarme un poco más tarde de lo normal ya
que ayer me quedé donde los Ganger un poco más de lo debido porque había algún
tipo de festividad en la plaza, así que la gente salía más de lo normal, se
paseaban más por el mercado, comprando comida y bebida para llevar a sus casas;
sé esto por la Sra Ganger que me contó lo que había visto de camino a hacer las
compras matutinas, confirmado por Peeta que de igual manera decidió acompañarla.
Yo aún no me he decidido a salir al
mercado, pese a que mucha gente sabe que estoy trabajando con los
Ganger, no es lo mismo salir y encararlos, que simplemente tener conocimiento
de que ellos están enterados de mi temporal estancia en el distrito. La sra
Ganger me entiende, tanto así que ya no me pregunta para salir por lo que
pienso que secretamente está esperando que yo dé el paso. Y lo daré. Sólo
necesito un poco más tiempo y no sé… costumbre.
De cualquier manera, tanto
era el ambiente festivo en la gente y en el pueblo en general, que el
restaurante tuvo las mayores ventas que haya tenido en tiempos cercanos, la
cocina era un desastre, había sartenes, platos, desperdicios, verduras… todo
desperdigado de un lado al otro. Repetidas veces escuché al sr Ganger musitando
que no sabría que hubiera hecho si no me tuviera allí con él, ya que la sra
Ganger y Peeta eran los que atendían la parte delantera que era donde se
asentaba el negocio. La tarde se pasó rápidamente entre hombres, mujeres y
niños que entraban y salían de la pequeña pero calurosa estancia. Al final de
la noche, todos estábamos agotados, pero también con hambre ya que con tanto jaleo
no hubo tiempo ni de eso. Se calentó lo que quedaba en las ollas; guisos,
arroces, sopas… y bueno, embutimos todo lo que pudimos, y lo que sobró, nos lo
trajimos Peeta y yo para recalentar en la mañana. Caminamos de vuelta a casa en
cómodo silencio y al llegar guardamos la comida, nos dijimos las buenas noches
y cada quién se fue a recostar. Mañana sería otro día.
Y vaya qué día, pensaría
un tiempo mucho después.
Arreglo mi cabello en mi trenza habitual, y me dispongo
a salir por la puerta de entrada cuando escucho a Peeta gritando mi nombre
desde algún punto en la cocina.
-Buenos días.- saludo cuando llego al marco de la puerta
de la cocina.- Pensé que ya te habrías ido.
-¡Hey! Buenos días para ti.- responde de espaldas a mí
ya que está inclinado en la encimera de la pared opuesta. Se voltea rápidamente
y me regala una de las sonrisas que más iluminan su rostro. Y pensar que yo soy
la que la recibe… - El sueño me pudo, y además tenía hambre, ¿quieres un poco?
– y me ofrece un tazón en el que no alcanzo a ver qué hay. – Un poco de carne.
– responde a mi pregunta no formulada.
- No, pero
gracias. – niego sonriendo levemente - ¿te espero para que nos vayamos donde
los Ganger?
- Vale, claro… sólo espérame un tanto no más… - y se
voltea de nuevo para guardar todo de nuevo. En el momento en el que pasa por mi
lado para marcharnos noto que tiene una bandita de gasa anudada alrededor de su
dedo gordo en la mano izquierda, instintivamente la tomo y la miro
detenidamente.
-¿Qué te pasó? – cuestiono examinando la herida con
mayor cuidado.
-Oh, nada… - dice
sorprendido por la repentina proximidad. – Un corte que me hice hace un rato…
nada importante.
-¿Lo limpiaste? – le digo ceñuda.
-Pues… sí… con agua, no era nada por lo que preocuparse…
-dice restándole importancia con su otra mano. - Vámonos ya, los Ganger nos deben estar
necesitando.- termina sacando gentilmente su mano de mi agarre y caminando
directo a la salida sin una palabra más al respecto.
- Los cortes no son del tipo de no preocuparse Peeta –
señalo cuando lo he alcanzado en el marco. – Sabes que necesitan de un previo
cu…
-Sé lo que un corte puede llegar a causar en el cuerpo
Katniss.- musita mirando a un punto a través de mí.- Y lo sé de primera mano.
Una punzada de repentino dolor se instala en mi pecho y mi mirada se dirige a
su pierna, pocas veces le he prestado demasiada atención, tal vez se debe al
hecho de que él mismo la olvida, pero en momentos como éstos en los que alcanzo
a ver la nostalgia y tristeza que tuvo que haber sentido en su momento, y que
tal vez aún sienta después de todo… no puedo evitar sentirme culpable, ya que
pude haber hecho más en su momento… o bueno, tal vez no, pero sí tal vez estar
con él, acompañarlo en el momento difícil que tuvo que haber pasado
acostumbrándose a andar sin una pierna, pero bien, en ese momento de nuestras
vidas todos sentíamos que nos faltaba algo de alguna manera, y es que en los
juegos se quedaba una parte de nosotros… Levanto mi mano y alcanzo la suya que
descansa laxa en su costado, la entrelazo con la mía y enfoco mi mirada de tal
manera que él pueda verme directamente a mí. Le digo con mis ojos todo lo que
mi boca no es capaz de decir, que estoy con él, que lo apoyo, que cuenta
conmigo… y que lo siento por no haber estado con él en ese momento de su vida…
Por haberme perdido tantos momentos duros en realidad, y dejarlo solo en su
miseria. Él parece entender de alguna manera mi gesto, y sonríe
comprensivamente.
-Está bien Katniss… estoy bien ahora… - susurra
estrechando mi mano – Estamos bien. –finaliza mirándome de nuevo con ese
peculiar brillo en su mirada.
Sonrío brevemente, complacida de alguna manera por
hacerlo sentir mejor, y complacida también por ese brillo en su mirada, porque
cada vez lo veo más frecuentemente.
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Al llegar donde los Ganger, quienes nos saludan
amistosamente, me quito mi chaqueta así como también Peeta, y me dirijo directo
a la cocina a empezar con mis deberes de siempre. Sonrío para mí cuando nos
rememoro a Peeta y a mí caminando a través del sendero, aún tomados de la mano,
es probable que ese haya sido el momento de mayor proximidad entre nosotros
desde hacía lo que pienso son siglos para mí.
-¿Y esa sonrisilla sospechosa de dónde viene? – pregunta
la sra Ganger una vez entra a la cocina, interrumpiendo el hilo de mis
pensamientos. No puedo evitar sonrojarme un poco.
-Oh, nada.- respondo llanamente.
-Bueno… si es lo que dices… no me queda más opción que
creerte querida mía – sonríe confidencialmente. Vistiendo sus ropas de siempre;
falda larga y blusa suelta, se dispone a recoger unos cuantos ingredientes con
los que preparará la repostería. – Por cierto, hoy prepararé postrecillos de
fruta, si te apetece no dudes en ningún momento en ir a por uno, puedes comer
todos los que quieras.
-Se lo agradezco bastante sra Ganger le ase…
-¡No, Katniss querida! Ya te he dicho varias veces,
llámame Clare, estamos en confianza, ya sabes.
-Oh sí, es la costumbre… Clare. - termino brindándole
una mirada algo apenada.
-Mientras que te desacostumbres… pero bueno, llámame
como quieras, no importa. Estaré donde siempre, por si necesitas algo.- y con
esto sale de la cocina dejando detrás el leve aroma impregnado de tortas, típico
de alguien que se dedica a la repostería.
El resto de la mañana pasa sin ningún inconveniente, a
excepción de los usuales que implican la ausencia de un ingrediente, una leve
quemadura aquí o allá, decidir el menú… pero todo marcha en ruedas.
-Katniss, ¿será que puedes ir donde Clare allá adelante
y decirle que me regale un poco de canela? – dice el sr Ganger en algún momento
de la tarde, como siempre todo manchado de salsas y qué se yo qué más. – Estaba
pensando en hacer un plátano horneado en salsa de canela… ¿pero será que le
echo algo más? –añade hablando más para sí mismo, lo cual suele pasar cuando se
mete de lleno en su cocina.
Sin decir nada porque al parecer ya se olvidó de que yo
estaba allí con él, me dirijo a la parte delantera de la casa que es donde se
ubica la repostería junto con el negocio.
Mi visión de repente está llena de estantes llenos de
postres, tortas, ponqués, pasteles de todo tipo y todos los sabores, los
estantes están a cada lado de la habitación; en el centro de la estancia se
encuentran unas cuantas mesas, ubicadas estratégicamente para hacer lucir la
habitación más espaciosa, todas con unos bonitos manteles color crema y unas
sillas elegantemente talladas en madera… no me había tomado el tiempo de venir
aquí y examinarlo todo, pero no cabe duda de que los señores Ganger tienen un
buen gusto, parada desde el mostrador, que es donde estoy, mi vista se pasea
por la habitación en busca de la sra Ganger… Pero no es lo que encuentro lo que
capta mi atención.
Afuera del negocio está Peeta, aun usando su delantal,
luciendo casual y entretenido con una chica que jamás había visto en mi vida.
La chica luce una sonrisa deslumbrante, con su cabello
castaño claro recogido en un moño alto, y unos cuantos rulos cayendo
desordenadamente sobre su ovalada cara. No es más alta que Peeta, y no alcanzo
a ver gran cosa porque de hecho Peeta me tapa casi toda la visión. Pero no es
necesario. En absoluto. Ya he visto lo suficiente.
Mi cara se cierra completamente, y me expresión se torna
férrea sin poder evitarlo. ¿Quién es ella? ¿Desde cuándo se habla con Peeta?
¿Por qué tanta sonrisa aquí y allá? ¿Serán… amigos… o…? No, no, no. No puedo
pensar en eso… Debo pensar fríamente. Como siempre. Ignorar esta extraña punzada
en mi pecho… sí.
La campanita suena una vez ingresa Peeta de nuevo,
sacándome de mi ensimismamiento. Espabilo duramente, tratando de parecer lo más
normal posible, y lo miro directamente tratando de buscar…
-¡Hey! Katniss… ¿necesitas algo? Casi no te veo por
aquí… - dice como siempre con su amable sonrisa. - ¿Pasa algo? – dice cuando no
respondo nada sino que me lo quedo mirando directamente sin disimular.
-Eh… estaba buscando a la sra Ganger. – respondo cuando
ya he salido de mi estupefacción.
-¿Quién me busca? – interrumpe una voz a mis espaldas.
Cuando me volteo viene con una bandeja en sus manos llena de pequeños
ponquecillos.
-El sr Ganger pregunta si tiene canela – dejo salir, sin
embargo noto mi voz baja y sin mucha fuerza.
-Ese George… Le digo esta mañana que si necesita y me
dice que no… luego sí, después no… - musita dándose la vuelta para buscar en
una pequeña alacena en la esquina.
-Bueno… Clare, iré a recoger el encargo en la frutería,
¿no necesitas algo más para traerlo en el camino? – escucho a Peeta hablar
mientras se quita su delantal y se coloca su chaqueta.
- No querido mío, gracias. Te espero para que me ayudes
a amasar la harina. ¡Ah, Katniss! No está aquí la dichosa canela, déjame veo
atrás… - y sale de la estancia.
-Bien, umm Katniss, te veo luego. – me dirige una última
mirada sonriente antes de salir a encontrarse con… ella.
Me quedo estática donde estoy con mi mente viajando a
mil por hora. Sé que estoy pensando de más… Peeta no es de esos… pero ¿qué
estoy pensando? Peeta y yo no somos nada y si él quiere, él tiene todo el
derecho de… A mí no me tiene que importar…
Pero te importa, recalca algún lugar recóndito
en mi mente.
Yo sé que él me quiere, me recuerdo tercamente (aunque
me haya dicho lo contrario), en un intento de reducir esa comezón que siento
por todo mi cuerpo. Y eso es todo lo que importa. Así que tomo un respiro
profundo, echo todos esos pensamientos en lo más profundo de mi ser, y decido
que, sea lo que sea tengo que ser fuerte, tal y como siempre he sido.
Pronto el cielo se tiñe de un azul oscuro, mientras que
los últimos rayos de luz se funden lentamente en el horizonte. Estoy en la
parte delantera del negocio, ordenando las mesas ya que la sra Ganger me pidió
el favor de hacerlo; cuando una ráfaga de viento se cuela por la puerta
principal, trayendo consigo dos personas, y una de ellas con cara de gran
malestar.
Peeta.
Me enderezo inmediatamente y corro rápidamente para
acercarme a él, me detengo justo en frente, tomándole la cara y notando lo
pálido que está y lo caliente que se siente su piel una vez la toco.
-¿Qué…?
-Es el corte en su dedo, no se lo limpió como debería y
ahora al parecer está infectado… tuvimos que venir corriendo ya que se sentía
bastante mal. – me interrumpe una suave vocecilla proveniente de su costado.
Tan enfocada estaba en él que ni siquiera la había notado… Claro, cómo no… es
ella, pienso amargamente en mi mente.
-Katniss… estoy bien… – empieza Peeta un poco cabizbajo.
-Sí claro, se nota. – añado con sarcasmo en mi voz sin
poder evitarlo. – Déjame y te ayudo a sentar. – y lo tomo por el brazo que no
está ocupado por ella, agarrándolo
casi posesivamente y llevándolo a la silla más cercana.
Sin que la inviten, ella se sienta en la silla contigua
a él y le toma la mano para examinarla más de cerca. – ¿De casualidad tienen
algo de alcohol? Esto necesita ser limpiado y tal vez después darle unos
cuantos analgésicos… - dice como si yo no existiera, ni estuviera allí. Peeta
parece despertar de su letargo por un momento.
-Oh Katniss, disculpa… ella es Grisella, Grisella creo
que ya sabes quién… -empieza Peeta, mirándome algo apenado.
-Katniss. Sí, sé quién es. – interrumpe Grisella por fin dignándose a reconocer
que existo. Levanta su ovalada cara, mostrando una perfecta sonrisa blanca
combinando perfectamente con su piel cremosa y a la vez contrastando con sus
perfectos ojos azules. – Encantada, no esperaba para poder conocerte. – saluda,
para después volver a dirigir su mirada a Peeta.
Claro, que no se le note cuánto quería conocerme…
-Sí… pues yo no esperaba conocerte siquiera. – añado en
voz baja y dura, pero creo que no me escuchó, sin embargo Peeta sí.
-Umm Grisella, creo que es mejor que te marches, ya
Katniss me ayudará a…
-¡Oh pero si se te olvidaron las frutas! – vuelve a
interrumpir Grisella, parece que es una costumbre. – Iré por ellas y te las
traeré, la sra Ganger las necesita y lo sabes. – sin esperar respuesta se
levanta, le regala a Peeta otra de sus sonrisas deslumbrantes – Ahora regreso –
y sale rumbo a la puerta. Se para en el umbral, como recordando algo. - ¡Ay,
casi lo olvido… qué tonta… Nos vemos Katniss! – y con una sonrisa de disculpa
(muy débil en realidad) se marcha por fin.
-Umm bueno… - musita Peeta mirándome un poco incómodo
ahora. – Ella es la hija del dueño de la frutería en la plaza… tiende a ser
algo… - tonta, grosera… - olvidadiza – dice Peeta como disculpándola. Levanta
su mirada y en ella se refleja los retazos de dolor que está sufriendo
físicamente que enseguida olvido a la… Grisella, y me concentro totalmente en
atenderlo.
Sin replicar nada más, me levanto y voy por la cajita de
los primeros auxilios. Cuando la encuentro, me siento en la silla ahora
desocupada junto a Peeta y con gentileza le tomo la mano para retirarle la
bandita que encubre el corte.
-Nada importante, ¿no? – digo en voz baja recordando lo
que me había dicho esta mañana. El corte es profundo y va desde la uña hasta
casi la base de la palma. – Debiste haberme dicho antes…
-No quería molestar… - dice Peeta ahora con los ojos
cerrados mientras le limpio la herida con un pedacito de algodón humedecido con
alcohol – Además ni siquiera dolía. No sentía nada.
-Más razones aún para preocuparse. – reprocho con voz
dura.
-Estoy bien ahora, Katniss… y aún mejor si estoy con la
doctora Everdeen. – termina con una sonrisa coqueta, buscando aligerar el
ambiente.
-Adularme no te llevará a nada. – respondo tratando de
sonar dura, sin embargo una pequeña sonrisa se me escapa. – Y sabes que esto no
es ningún arte… sólo es limpiar, medicar y cerrar, sin ser doctor podrías
hacerlo.
-Bueno, pues entonces tengo a la mejor curadora. – dice alzando
sus oscuras cejas y mirándome con ese típico brillo… tan de él… tan… para mí.
-No cambias ah… - musito en voz baja tomando un último trozo
de gasa para terminarlo de curar. Cuando acabo, en un momento en el que no
pienso para nada, pero sin embargo me sale con total naturalidad, levanto unos
centímetros más su mano y deposito un besito en la punta de su dedo herido. –
Ese es un extra, así te curas más rápido. – añado burlonamente.
Se me ha quedado mirando tan fijamente que su mirada
logra sentirme el cuello caliente, enrojeciendo incluso en las orejas… - Creo
que puedo sentir cómo me curo justo ahora… Es más… ya me curé… - dice en voz baja
y risueña, pero con el rostro mortalmente serio.
De alguna manera nos hemos ido acercando lentamente y,
sin saber, nuestros rostros sólo se encuentran a escasos centímetros de
distancia. Siento cierto temblor en mis manos, sabiendo lo que pasará pero me
ordeno seguir adelante… ya he llegado tan lejos como para retroceder ahora… y
además que tengo tantas ganas de…
-¡Oh! ¡De verdad lamento haberme tardado tanto pero es
que mi padre me acribilló a preguntas sobre cómo habías llegado Peeta! –
interrumpe el hilo de mis pensamientos esa voz sonando tan dramática y bueno…,
no sólo interrumpió mis pensamientos.
Peeta se voltea inmediatamente, olvidando totalmente lo
que había estado a poco de pasar, dejándome estática en el mismo lugar y
llevando toda su atención a la recién llegada. No puedo evitar sentirme…
despreciada, por buscar alguna palabra lo suficientemente elocuente. Con
reticencia, volteo mi cabeza y observo cómo ella,
avanza los pasos que hay hasta llegar al lado de Peeta, coloca una canasta de
lo que supongo son variedad de frutas en la mesa y toma sin permiso la mano de
Peeta, mirándola con marcada preocupación en su rostro.
-¿Te sientes mejor? – y lo mira con una inocencia que no
hubiera pensado que sería capaz. ¿Será que interrumpió a propósito? ¿O fue
totalmente casual? Imposible saberlo, no la conozco lo suficiente, y tampoco
quiero dejarme llevar por primeras impresiones, por más que mi mente quiera
jugarme malas pasadas.
-Sí, tranquila estoy bien ya. Katniss se encargó. – y al
fin me mira después de lo que se siente una eternidad. Luce apenado e incómodo.
– Acompañaré a Grisella de vuelta, no es bueno andarse solo a estas horas, si
quieres adelántate a casa Katniss, que se hace más tarde… Apenas lleve a Grisella
te sigo. – finaliza liberándose del agarre de Grisella y de la intensidad de mi
mirada.
-Umm, bien, sólo espera y tómate esto. – ignorando la
comezón en mi cuerpo, le alcanzo una pastilla de una bolsa amarrada a la caja
de primeros auxilios y se la entrego. – Es para la fiebre.
-Gracias. – y me regala una sonrisa, pero ni siquiera me
mira. Se levanta y Grisella toma de su brazo de inmediato, gesto que genera
nudos en mi estómago, y más aún al notar que él no la aparta. – Por favor dile
a los señores Ganger que me disculpen, y que mañana estaré aquí temprano. – con
esto se da la vuelta con una muy pegada Grisella a su lado.
-Claro. – respondo ásperamente. El nudo en mi estómago
está haciendo efecto.
-Nos vemos pronto, Katniss. – escucho a Grisella decir cuando
ya se ha cerrado la puerta.
-Espero que no. – respondo amargamente para mí misma.
Deseándolo con todas mis fuerzas.
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Notas: Bueno... allí está... eso fue lo que salió! este capítulo estará abierto a edición, si tienen algo que no les gustó, algo que le faltó, o que sintieron que no era correcto añadir, apreciaría inmensamente que me dijeran... de aquí en adelante no he escrito más nada (este capi está prácticamente salido del horno) y no he quedado muy contenta, ya juzgarán uds, por favor, necesito saber si el rumbo que estoy tomando es de su apreciación, comenten o envienme un mensaje, si tienen ideas, arguementos, lo que sea, estaré atenta.
Tengo ideas en mente, sí, pero si uds les gustaría que añadiera algo, un nuevo tópico, lo que sea... estaría feliz en considerarlo en añadirlo, para así hacer esta historia, crecer cada día más.
Sé que este tema de una nueva chica, corriendo de aqui para allá, es algo cliché, pero quiero que sepan que mi Katniss no será la chica que saldrá corriendo a llorar... la Katniss que yo conozco es terca y orgullosa, por lo tanto, no esperen que eso pase en el fic u.u
Sin más, ESPERO INMENSAMENTE QUE LES HAYA GUSTADO. Y si no, haganmelo saber, como les dije estará abierto a edición, sorry por ser tan repetitiva pero todo es en aras de crear una mejor historia. :)
El próximo capi, prometo que no se demorará tanto tiempo! Que si me demoro, les doy permiso para que me jalen la oreja cuantas veces quieram jaja :P
Y como siempre...
Que la suerte esté siempre de vuestro lado.
Pd: esta historia también está publicada en potterfics, por si quieren dar un vistazo, no la he publicado en ninguna otra parte más, si la ven por alguna página fuera de blog, o potterfics, es plagio, aprecio que me informen :)
hola wapa!!soy una gran fan de los juegos del hambre y tuya y sigo la historia desde que la publicastes.No te preocupes por el retraso de la publicacion a cualquiera le podria pasar y he esta esperando impaciente el nuevo capitulo. Sigue asi lo haces genial.
ResponderEliminarFELICES JUEGOS DEL HAMBRE Y QUE LA SUERTE ESTE SIEMPRE DE VUESTRA PARTE!!
MUCHAS GRACIAS A TI!!!!
EliminarEL HONOR Y PLACER ES MÍO!
GRACIAS POR LA COMPRENSIÓN, NUNCA TE HABÍA VISTO POR AQUÍ, ESPERO HACERLO MÁS SEGUIDO :)
DE NUEVO, GRACIAS POR EL APOYO, Y FELICES JUEGOS PARA TIIII :D
Holaaa :) hace poco descubrí tu historia y me fascina!!, me dejaste con a emoción del casi beso :D jajaja espero el siguiente capítulo con ansias :). Un besito
ResponderEliminarHoolaa!! MUCHAS GRACIAS!!!
EliminarBueno, pues ese es el objetivo no? Que les guste lo que escribo, y con comentarios como el tuyo me doy cuenta qur lo estoy logrando :)
Jajajja seeeeh me gusta poner momentos de tensión entre ellos wajaja! Ya veremos qué pasará... en fin gracias por comentar! Y espero verte mas seguido por mi humilde blog!
Saludooooos :3