HOOOLAAA MIS QUERIDÍSIMOS LECTORES!! ¿CÓMO ESTÁN? OH, ALGO ME DICE QUE BIEN, Y SINO... PUES LO ESTARÁN YA QUE HOY TRAJE NUEVO CAPÍTULO YUJUUU JAJAJAJ
LO SÉ, AL FIN, ¡AL FIN! DESPUÉS DE ¿1 MES? LES TRAIGO UN CAPITULÍN MÁS DE MI INTENTO DE HISTORIA :P
Y RECIÉN SALIDO DEL HORNO, PARA MÁS :P PUEDE QUE LO EDITE YA QUE, PUES, LO ACABO DE ESCRIBIR Y CREO QUE HA QUEDADO BIEN, PERO ESO NO EVITA QUE DESPUÉS DE UN TIEMPO LO RE-LEA Y VEA ALGO QUE NO ME HA GUSTADO DEL TODO :D EEEEN FIN, YA JUZGARÁN UDS!
UN CAPÍTULO QUE... UFF, ME COSTÓ... PERO YA SE LOS DEJO...
Recomendación: Si no recuerdan de que va la historia... lean los capis anteriores, sólo para los que se sienten un poco desubicados y no recuerdan de que vá la cosa :D en fin, ENJOY!
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-Katniss querida, por favor revuélveme el guiso
mientras voy a por la cebolla… - dice el sr Ganger en medio de un pequeño
ataque de tos.
-Enseguida. – digo terminando de secar unos platos para
ponerlos en la alacena. – Por cierto, tómese las pastillas.
-No, no, no… no te me pongas como Clare. – y sale sin
más de la cocina refunfuñando.
Mientras revuelvo el guiso de cordero, que por cierto
huele muy bien, puedo escuchar perfectamente el barullo que hay en la parte
delantera del negocio. Hoy, como pocos días, es día festivo en el distrito y
las personas tienden a salir de sus hogares a ya sea salir a comprar algún tipo
de comida especial, o por el otro lado, salir a comprar los ingredientes para
preparar esa comida especial. En nuestro caso, nos beneficia que las personas
prefieran comprar directamente la comida… al parecer en el distrito 7, distrito
de la madera, les gusta aprovechar este tipo de días para hacer de todo menos
trabajar.
Casi puedo ver a Peeta caminando de un lado al otro
tomando órdenes, mientras la sra Ganger organiza los platillos. Lo que me lleva
a pensar lo bien que ha sido haber venido aquí y trabajar con la pareja de
ancianos… Ver cómo Peeta se desenvuelve tan bien en el terreno, tratando
amablemente con la gente… es un buen resultado, añadido al conocimiento de que
las personas así como parecen reconocerlo, no hacen nada más que tratarlo como
igual. Lo cual no hace más que llenarme el pecho de satisfacción. No pudimos
haber escogido un mejor distrito. Estoy tan apegada y al parecer Peeta también,
que a este paso no tengo la menor idea de cuándo volveremos.
-Katniss querida, que vayas un momento donde Clare. –
interrumpe el sr Ganger mis pensamientos cuando entra de nuevo.
Sin decir nada, salgo y me dirijo a la parte delantera.
No me equivoqué. Está al tope. Todas las mesas están
ocupadas, visualizo a Peeta en una esquina anotando… lo que supongo será el
pedido de la pareja que ocupa la mesa.
-¡Katniss! – la voz de la sra Ganger interrumpe mi
inspección. Me hace señas para que me acerque. – Querida necesito tu ayuda. –
dice cuando he llegado a la caja. – De veras… ¿podrías encargarte por un
momento de hacer las cuentas?, solo mientras termino de organizar los pedidos…
Dios quién pensaría que hoy se llenaría tanto… - añade mirando alrededor con
estupefacción.
-Pero y… ¿quién ayuda en la cocina? – respondo, dudosa.
-Ay no te preocupes… mi George lleva toda la vida
trabajando solo, por un momento que no estés no se le va a ir el mundo. – dice
sonriendo cálidamente. Sin embargo, no espera mi respuesta y sale disparada
dentro de la habitación y me deja solamente en compañía de una caja
registradora, un lápiz y una agenda.
-Tranquila, yo te ayudaré. – susurra Peeta en mi oído,
haciéndome sobresaltar. ¿En qué momento llegó?
-No creo que la necesite… pero gracias. – respondo algo
fría y me sitúo frontalmente en el mostrador. - ¿Cuál es el pedido? – añado, en
tono profesional. Peeta se queda un momento mirándome extrañado, pero se
recompone rápidamente.
-Dos sopas del día. – dice con voz firme, lanzándome
una última mirada antes de marcharse a anotar nuevos pedidos.
Los minutos pasan rápidamente entre anotaciones,
cuentas, idas y venidas. La sra Ganger va ubicando los pedidos uno por uno en
el mesón sin parar, lo que me sorprende debido a que a su edad, la cual no
podría precisar, la mayoría de las personas sufren de problemas en las
articulaciones y huesos… sonrío internamente admirando la fortaleza de la
mujer.
Llega un punto en el que al parecer no hay más pedidos…
gran parte de la gente está comiendo y otros están recogiendo sus cosas para
marcharse. Observo desde el mostrador cómo Clare despide a los clientes entre
abrazos y palabras amables, por lo que no me doy cuenta que alguien se ha
puesto silenciosamente a mi lado.
Pero no me hace falta ver. El olor distintivo a canela
y eneldo inunda mis fosas nasales.
-¿Has comido? – inquiere Peeta en voz baja.
-No.
-Pero tienes hambre…
-En realidad, no. Creo que ver a las personas comiendo
tan efusivamente ha quitado mi apetito. – respondo, aun sin voltear a verlo.
-Oh pero… no creo que no tengas hambre para éstos… -
dice con voz misteriosa, lo que capta mi interés así que me volteo,
sorprendiéndome de ver cómo coloca un platito exclusivo lleno de… bollitos de
queso, en frente mío. Levanto mi mirada, viendo su sonrisa fugaz, haciendo que
la pequeña barrera de hielo que tenía en mi interior desde ayer se derritiera
en el acto. – No creas que he olvidado lo mucho que te gustan… así que no te
puedes resistir, ¿verdad?
Sonrío lentamente… - No… - y cojo un bollito y me lo
llevo a la boca, sin poder evitar cerrar los ojos en deleite… hacía mucho que
no comía de esos. - ¿Cuándo los hiciste?
-Esta mañana. Espero no haber perdido el “toque”, tú me
dirás…
-Para nada. – y lo miro directamente. – Igual que antes.
– añado en voz baja.
-Esa era mi intención, que quedara tal como antes… -
dice él también en voz baja… Lo que me lleva a pensar irremediablemente que
aquí estamos hablando de mucho más que unos simples bollitos de queso.
-Estaba recordando… tu color favorito es el verde…
¿real o no real? – pregunta con un poco de confusión.
-Real. Y el tuyo es el naranja atardecer.
-¿No como el cabello de Effie?
-Definitivamente no como el cabello de Effie. – digo,
sonriendo.
Su mente parece aclararse, de repente su cara se
ilumina.
-Tú y yo vamos a tener un picnic.
-¿Qué?
-Pues claro, no necesariamente en el bosque con una
manta a cuadros rojos y eso… simplemente la comida, las bebidas… mientras yo
hablo y hablo y tú solo me miras silenciosamente. – dice, hablando con convencimiento.
-¿Y por qué he de estar yo sólo mirándote
silenciosamente? – añado con sorna.
-Porque todo lo que estaré diciendo te dejará sin
palabras. – murmura, muy pagado de sí.
-Sí… ¿y qué será eso?
-No tiene gracia que te lo diga ahora. – dice ahora, siempre
manteniendo la sonrisa burlona.
-Y bueno, a todas estas… ¿a qué viene toda esta… idea?
– inquiero, siguiéndole el juego.
-Verás… no quiero que cierta chica cabezota se haga
ideas que no son… con respecto a otra chica con la que absolutamente no pasa
nada. – sugiere en voz baja, con un brillo malicioso en su mirada; esta vez
dejándome totalmente sin palabras. – Y viendo que a ti te gustan los bollos de
queso, a mí el naranja del atardecer… una buena combinación, ¿no crees?
Momentáneamente muda, así es como me ha dejado Peeta
tras su declaración. No se necesita ser un genio para darse cuenta que habla de
Grisella y de mí… y de que irrevocablemente, sigue pensando que estoy celosa.
Cosa que a regañadientes admito que no está muy lejos de la verdad, pero que
sin embargo, ni cerca de ganas de que Peeta lo sepa.
También debo admitir, que sentí cierto alivio con su
declaración de… bueno, de que no pasa nada. Aunque era absurdo de pensar claro
está… Peeta puede hacer lo que quiera… con quién quiera… y eso no pue…
-Así que… ¿qué dices? – inquiere Peeta, mientras le
agradezco internamente que me haya alejado de esos perturbadores…
auto-destructivos, pensamientos.
-Que sí… mientras que le quites el adjetivo “cabezota”,
a esta chica que nada tiene que ver con esa calificación. –añado, con ironía.
Peeta se ríe sonoramente. – Por cierto, esa chica… no se estaba haciendo
ninguna idea, sólo para aclarar.
-Pues si sigue pensando y creyendo así… creo que va a
ser muy difícil que se le quite ese adjetivo “cabezota”.
Sonrío, sin poder evitarlo.
-¡Peeta! – interrumpe cierta voz que hace llorar a mis
oídos. – Por Dios, hoy sí que ha habido buena ventas. – dice Grisella, mirando
alrededor las mesas llenas. Es ahí cuando me doy cuenta que muchas cabezas se
han volteado a nuestra dirección… detallando la escena en la que nos
encontrábamos Peeta y yo. Siento cierto sonrojo por lo que desvío la mirada.
-Hola Grisella, ¿qué tal? – la saluda Peeta
cordialmente. – Sí, hoy ha estado bastante ajetreado. – añade, sonriendo
apaciblemente.
-Demasiado… hoy en la frutería también hubo bastantes
perso… - de ahí en adelante me desconecto de la conversación, en la que
Grisella se encarga de que en ningún momento opine nada, lo cual le agradezco
ya que tampoco tengo ganas de hacerlo. Peeta me manda miradas sabedoras cada
tanto, pero la mayoría las ignoro, mientras saco las últimas cuentas que me han
llegado y organizo las ventas.
Varias mesas han quedado vacías mientras todo ese
tiempo pasa, y en un momento dado la sra Ganger entra de nuevo por la puerta principal, solicitando
la presencia de Peeta y Grisella.
-Queridos… necesito que vayan por el pedido en la
frutería urgente… - dice, atareada, sin esperar respuesta ya que sale de nuevo
junto con el nuevo conjunto de personas que se retiran del negocio, lanzándonos
miradas agradecidas a Peeta y a mí. No puedo evitar pensar que las gracias de
esas personas van mucho, mucho más allá que la comida.
-Oh… sí, mi papá está impaciente porque vayamos a
recoger el pedido… ¡qué tonta se me había olvidado! Y eso sólo me pasa cuando
estoy contigo, Peeta, te culpo. – y se ríe ella misma, ruborizándose. Casi
podría pensar que lucía simpática, casi.
-Bueno, entonces mejor apurémonos. – agrega Peeta,
ignorando no sé si a propósito el comentario que tenía el obvio objetivo de ser
un piropo.
Peeta se quita el delantal blanco que usa mientras
trabaja y lo cuelga en el perchero de la esquina. Pienso que se va a ir sin
decir nada más, pero de nuevo, me sorprende.
-Volveré pronto, ya sabes… para irnos juntos. – dice en
voz baja, por el rabillo de mi ojo veo a Grisella inclinándose y agudizando el
oído pero pronto se rinde al no escuchar nada. Asiento, hipnotizada por sus
iris azules, que casi no me doy cuenta cuando alza su mano y aparta un mechón
de pelo suelto que caía en un lado de mi rostro.
Grisella carraspea, con una mirada furibunda en su ovalada
cara. Sonrío mentalmente, orgullosa.
Sin nada más, los dos se retiran del negocio con, cómo
no, Grisella agarrando posesivamente a Peeta del brazo. Sin embargo esto ya no
me afecta como antes, no. Con lo que Peeta me dijo hoy, ya puedo respirar más
tranquila, bueno… un poco.
-¡Katniss!, ¿estás por ahí? – interrumpe el sr Ganger
mis pensamientos al cabo de un rato.
-¡Sí! Enseguida voy. – exclamo en voz alta, de una vez
dirigiéndome en dirección a la parte trasera.
-Querida… ¿viste a Clare por ahí? – pregunta de
espaldas a mí, en el mesón, organizando comida.
-Ehh, sí… - y camino unos pasos de vuelta, asomándome
por la esquina, donde puedo ver a lo lejos la calle… alcanzo a ver un destello
de su corto pelo gris. – Creo que está fuera… hablando con unos clientes.
-Oh bueno… ¿acabaste con lo que sea que te haya mandado
a hacer allá? Yo puede que sea experto en mi cocina pero un par de manos extras
no me vienen mal justo ahora. – dice, entrecortadamente mientras recoge con
esfuerzo las presas que están en el fondo de caldero que tiene entre manos.
-Ah… claro, claro sí… - y le sonrío al ver las perlas
de sudor que cubren su frente, mientras lo aparto cuidadosamente del caldero
para dedicarme yo a esa labor. – Igual creo que ya no hay gente… hace rato la
hora del almuerzo pasó.
-¿Y qué tal la ventas?, supongo que de lo mejor… - dice, poniéndose a mi lado, mientras lucha
con otro caldero… - Por Dios creo que no usé mucho aceite hoy… esto está bien
pegado.
-No, no, venga y deje eso así… - y le trato de quitar
el caldero, en vano.
-No, querida, estoy viejo pero no tanto… más bien…
hablemos de cosas productivas, como por ejemplo… tú me debes una historia. –
dice, sonriendo pícaramente a través de su rostro redondo sudoroso, dejando
entrever como siempre, su diente de oro.
-No tengo historias… - le vuelvo a decir sonriendo
levemente ante su actitud, lo que le había dicho un tiempo atrás…
-Y yo te repito; no te creo… eres joven y estás llena
de vida… alégrale la vida a este viejo. – dice, volteándose de espaldas a mí,
en busca de no sé qué en la alacena.
-Creí que su vida ya era alegre… con Clare. – digo,
para cambiar de tema.
-Oh Clare… - suspira esta vez, el nombre de su esposa. –
Y ya es alegre, te lo aseguro… umm, creo que me expresé mal, lo correcto era:
alégrame la vida un poco más.
No puedo evitar reírme quedamente ante las ocurrencias
de George. – Umm, ya que insiste… tal vez pueda… inventarme una historia… si
gusta, ¿sí? – digo entre esfuerzos tratando de recogerlo todo del caldero para
no desperdiciarlo nada.
Escucho el tintineo de ollas detrás de mí, y frunzo el ceño
al no oír respuesta alguna.
-Sr Ganger, ¿necesita ayuda…? – musito, dándome la
vuelta para que de repente sentir como un escalofrío recorre mi cuerpo entero
al ver la escena - ¡SR GANGER!
Un George totalmente pálido, con sus dos grandes y
regordetas manos apretando fuertemente su cuello, respirando con dificultad. El
sudor cubre gran parte de su cara, haciendo que su barba gris se oscurezca más.
Me lanzo adelante sosteniéndolo, ya que parece que en cualquier momento se
puede derrumbar. – George, sr Ganger… ¿se tomó las pastillas?... ¿o…o ese… ese
puff que vi…? – interrumpo mi balbuceo al sentir al sr Ganger aspirando grandes
bocanadas de aire. De repente empieza a toser muy fuerte. –Oh, Dios. Sr.
Ganger, respóndame… ¿dónde están los medicamentos?
-Kat… Kat… - susurra entrecortadamente. Se ha puesto
tan blanco como la leche y, en medio de mi balbuceo, fuertes estremecimientos
empezaron a recorrerlo, obligándonos a desplomarnos en el frío suelo.
Siento mi cuerpo completamente paralizado, un nudo en
mi garganta me impide hablar o hacer nada y un lugar recóndito en mi mente me
dice que estoy en shock y que debo actuar, ya… ya.
-Katniss… - consigue el sr Ganger sacarme de mi estupor…
- la… la alacena. – susurra muy bajito, en cuanto sus respiraciones agitadas se
lo permiten.
Sin perder un segundo más, lo dejo cuidadosamente en el
suelo mientras me levanto veloz camino a la alacena. Por desgracia, antes de
todo eso, el sr Ganger lo había estado revolviendo, y ahora, cantidad de cosas
estaban regadas de un lado al otro y no se podía distinguir nada. Sumado a eso,
mis nervios no me dejan ver con claridad, sin embargo no desisto y me tiro en
busca de la pequeña bolsita azul donde solía ver los medicamentos. Revuelvo y
revuelvo rápidamente, saliéndome incluso del área de la alacena y buscando
entre cualquier recoveco en el piso que encuentre. Me desespero aún más al no
ver absolutamente nada. – Por favor… por favor… - susurro a quién sabe qué,
rogando a que aparezca la bolsita… - Por favor, aguante ya George… aguante un
poco más…
-Katniss, no… - y se zambulle de nuevo en un ataque de
tos que, viéndolo de reojo, lo pone rojo. – No puedo… - y entre respiraciones
agitadas, cierra sus ojos.
-Oh no, oh no, oh no… Sr Ganger, respire… - y me lanzo
nuevamente a su cuerpo, ya al borde del colapso al no haber encontrado nada. –
Sr Ganger, respóndame… - en un intento de volverlo en sí, estampo mi boca en la
suya, tratando de darle respiración boca a boca… una… dos… tres veces… nada. –
No, por favor… - susurro, ya con lágrimas en los ojos, sosteniendo su pesado
cuerpo en mis frágiles brazos.
Con las pocas fuerzas que me quedan, me levanto lo más
rápido que puedo, y salgo adelante…
-¡AYUDA! – grito, a la espera de que alguien me
escuche. No hay nadie en el negocio, y la sra Ganger no se ve por los
alrededores. - ¡AYUDA! ¡Ayuda, POR FAVOR! – grito esta vez, rompiéndome la voz en
un intento de que alguien, quién sea, responda, estoy a punto de salir a la
calle, desesperada, cuando…
-¡Katniss, querida! – exclama agitadamente la sra
Ganger, entrando apresuradamente por la puerta, con el rostro preocupado. –
Cielos, he venido corriendo… creí que eran imagina…
-Sra Ganger, es George. – digo, casi mecánicamente, con
voz dura pero a la vez llorosa – Necesitamos auxilio.
La expresión de Clare es para escalofríos. Se pone
pálida, rígida y, sin decirme ni preguntarme nada más, pasa de mí, corriendo
hacia la cocina.
-¡GEORGE NO! – el grito de Clare es desgarrador,
paralizador. Me veo directamente transportada a los segundos juegos. Mientras
veía a gente que me importaba, morir. Veía, veía… impotente, sin poder hacer
nada… -KATNISS, LLAMA A UN MÉDICO, ¡AHORA! – escuché que decía, en medio de
sonoros sollozos. –CREO QUE RESPIRA, KATNISS, OH DIOS… por favor…
Sin esperar más, prácticamente me tiro al teléfono,
marcando uno de los números que están colgados en la pared, señalando
emergencias. Ya no actúo por voluntad por propia, sino por inercia, no me
siento yo, no en este cuerpo…
-¡Hola! ¿Sí? – exclamo apenas contesta en el otro lado
una seca voz femenina. – Necesitamos urgente un médico en el restaurante de los
señores Ganger, enseguida. – exijo sin rodeos, con el ruido de fondo de los
suaves sollozos y susurros de Clare al otro lado de la habitación.
Con un sentimiento entumecedor, que me hace hablar y
actuar casi fuera de mí misma… casi se siente como un sueño… en el que en el
fondo de mi ser siento que aún… aún… hay esperanza…
Ya no existen los juegos, esto es la vida real, y aquí,
siempre hay una opción, una opción… un aliento de esperanza para seguir
viviendo, por las personas que te quieren.
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Fuente: los-juegos-del-hambre.wikia.com - thehungergames.wikia.com
Notas: Bueeehhh... ahí fue.
Definitivamente un capítulo lleno de... emociones, ya ven que me costó un poco estructurarlo... el final tal vez lo edite... no sé... todo depende de cómo les pareció a ustedes... ¿les pareció bien? tenía que cortarlo o sino me alargaba a lo que probablemente se aproxime 10.000 palabras y tampoco quiero atosigarlos... lo sé, quedó en intriga jajja pero me gusta dejarlo en intriga... ¿qué creen que pasará? wuajaja si tienen teorías. las leo felizmente.
En fin... estoy llegando a un punto en el que se marcará un antes y un después... ya lo verán.
Sin más, espero que les haya gustado, o al menos, entretenido un poquito :P sorry por la espera, pero ya ven, que estoy haciendo los capítulos más largos de lo normal, ya que en capis anteriores no pasaba de las 1600 o 1700 palabras :)
Por cierto... SE ACERCA SINSAJO PARTE 2! POR DEEOSS, NO QUEPO DE LA EMOCIÓN! en fin...
Por cierto... SE ACERCA SINSAJO PARTE 2! POR DEEOSS, NO QUEPO DE LA EMOCIÓN! en fin...
Espero que tengan un inicio de semana muy feliz! mientras yo, disfruto mis vacaciones *risa malvada* jajaja mentiras :)
Y como siempre...
Que la suerte esté siempre de su lado.
Hola, no edites, el final para mí quedó perfecto.
ResponderEliminarEspero que George Gadner no muera...estoy emocionada por saber que sigue, así que espero con ansias tu próximo capítulo. De verdad pensé que se llegaría en este chapter el picnic de Katniss y Peeta pero por algo pasan las cosas...en fin. Saludos Carolina, hasta pronto
Hola!
EliminarAy muchas gracias:')
Sí, pues si es así, entonces lo dejo así:)
Respecto al sr Ganger, bueno... yo espero lo mismo jajajaja ya veremos:p y lo del picnic! Oh sí, fue una conversación que simplemente surgió sobre la marcha.. pero ya sabía que era lo que venía en este capi so... tal vez algún día... no pierdas la fe ;D
Valee, y yo lo escribiré lo más pronto posible, y espero seguir viéndote por aquí:)
De nuevo, gracias por tu opinión y por leer.
Un abrazo!
Hola, no edites, el final para mí quedó perfecto.
ResponderEliminarEspero que George Gadner no muera...estoy emocionada por saber que sigue, así que espero con ansias tu próximo capítulo. De verdad pensé que se llegaría en este chapter el picnic de Katniss y Peeta pero por algo pasan las cosas...en fin. Saludos Carolina, hasta pronto