sábado, 26 de diciembre de 2015

Chapter 27



¡¡HOOOOOOLAAAA MIS HERMOSOS LECTORES!! ¿CÓMO ESTÁN? EXCELENTE ME IMAGINO YO, EN VÍSPERAS DE AÑO NUEVO NO HAY LUGAR PARA TRISTEZA :D AL MENOS EN LO QUE CABE :P 
EEEN FIN, COMO LO PROMETIDO ES DEUDA, ¡NUEVO CAPÍTULO!
RECIÉN SALIDITO DEL HORNO (DE HECHO LO TERMINÉ NO HACE NI UNA HORA :D)

AGRADECERLES A TODOS LOS QUE LEEN, SILENCIOSAMENTE O NO... YA PRONTO 10000 VISITAS ¡¡WOOW!! EN SERIO QUE NO ESPERABA TANTO PUESTO QUE ESTE BLOG NO ES DE LOS QUE ESTÁN CONSTANTEMENTE PUBLICANDO, DESAFORTUNADAMENTE... PERO WOW! ES UN LOGRO, AL MENOS PARA MÍ :D

QUÉ DECIRLES... EHH ESTE CAPI ESTÁ ALGO MÁS LARGO DE LO NORMAL, ASÍ QUE PREPAREN SUS TAZAS DE CAFÉ O TÉ PARA QUE LO DISFRUTEN MÁS :D

AH Y CLARO... SI NO RECUERDAN DE QUÉ VA LA COSA... ¿QUÉ ESPERAN? DENLE CLIC A LOS CAPIS ANTERIORES! A MENOS QUE TENGAN UNA MENTE MUY BUENA :P

Pero bueno, los dejo... a leer!






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Lo llaman funeral. Palabra adecuada ya que lo que se respira no es más que emociones y pensamientos fúnebres. El Distrito 7 tiene una manera peculiar de realizar este tipo de eventos, o tal vez no es sólo en el distrito 7, puede que se hagan en más distritos, pero tal cosa no me puede interesar menos.

Estamos en una especie de terreno llano, cubierto de pasto y alrededor pueden distinguirse decenas de lápidas, grises y solitarias… flores marchitas sobre algunas de ellas. Fugazmente me pregunto cuántas de ellas pertenecerán a hombres y mujeres que lucharon en la guerra. Todas responde un lugar oscuro y sombrío de mi mente, añadiendo un retorcijón más a la masa de nudos de mi estómago. Me obligo a dirigir la mirada al frente, donde hay un amplio hueco rectangular en la tierra, un hueco donde yace un George vestido impolutamente por un esmoquin negro, con sus rechonchas manos enlazadas a la altura de su pecho. Una vez que lo vi, allá en la sala donde estábamos en el hospital antes de venir aquí, no pude evitar recordar aquella celebración de su aniversario, donde lo había visto tan feliz y contento, en contraste muy fuerte a como lo veía ahora, pálido, casi transparente pero aun así, con una expresión de paz en su rostro. Sin embargo no pude quedarme a mirar mucho, ya que unos altos hombres entraron a la sala, instando a todos a salir, para que pudieran acomodar bien al difunto antes del viaje.

Volviendo a mirar más fijamente, noto la cara del encargado de realizar la ceremonia, un señor que no puede pasar de los sesenta, enfundado en un abrigo que puede ocupar dos veces su contextura. Lo que me sorprende ver es que parece genuinamente triste ante la muerte del Sr Ganger. Pronuncia cada palabra con una lentitud que a cualquiera puede parecerle asfixiante, pero para todos los que están aquí, es simplemente el reflejo de lo que sentimos todos nosotros. Dolor, angustia y desolación.
Fijándome detenidamente en él, me llevo irremediablemente a recordar la ceremonia que hicieron a los mineros caídos del distrito 12, aproximadamente diez años atrás, y a su  vez, a mi padre. 

Recuerdo haberme parado junto con mi mamá y mi hermana, y los demás familiares de los otros mineros fallecidos, todos juntos y apretados en el palacio de Justicia, con la presencia del alcalde y su esposa para darnos unas condecoraciones mientras un hombre con rasgos duros y con la indiferencia pintada en su rostro daba un discurso falto de cualquier emoción. Se podía ver en la cara del alcalde la verdadera tristeza que le causaba el suceso, mientras que el hombre de negro, como recuerdo haberlo llamado en mi mente, era la completa antítesis de lo que reflejaba el alcalde.

Recuerdo… recuerdo el sonido de leves sorbidos y sollozos a mi alrededor, mientras mi pequeña hermana se aferraba a mí, y mi madre se abrazaba ella misma en busca de un calor que ya nunca más volvería a sentir. Mi pequeña yo miraba al frente, aún sin creer lo que pasaba, aun con la esperanza de encontrar a mi padre en casa, con una sonrisa en su rostro después de un día particularmente bueno de caza.

Supongo que al no verlo enfrente de mí, tal como veía al sr Ganger justo en ese momento, con los ojos cerrados como si estuviera dormido, en mi mente significaba que todo en realidad era una broma, ya que si mi padre no estaba aquí… eso quería decir que andaba por ahí, feliz y con vida, aguardando por su familia. Cosa que resultaba totalmente creíble en la cabeza de una niña de mi edad

Cuánto daría por ser una niña de ocho años de nuevo, ajena a la maldad del mundo; de la tristeza y del dolor que causaba la pérdida de algo o alguien… Alguien de tu familia…

Lágrimas no deseadas se acumulan en mis ojos, sí, no deseadas, porque no he derramado ni una sola lágrima desde que estuve a solas en esa habitación de hospital con George hace sólo un día, y no quiero volver a llorar, porque internamente sé y estoy segura de que eso sería un boleto directo al mar de oscuridad y tristeza en la que estuve justo después de que acabara la guerra tantos meses atrás… Donde la vida no significaba ya nada.

Me retuerzo incómodamente en la silla de metal, viendo con el rabillo de mi ojo a mis acompañantes. Lanzo un suspiro involuntario a observar a Peeta, con una expresión de tristeza y preocupación en el rostro; esta última por mí, yo supongo, ya que difícilmente he dicho dos palabras a alguien, y la comida ha sido algo que ha estado muy lejos de mi mente en las últimas veinticuatro horas. Noto que mueve levemente las manos, como estirándolas o como si tuviera un tic, pero la verdad yo sé que es porque no quiere nada más en estos momentos que sostener al menos mi mano, o rozar mi brazo con el suyo, pero no lo hace porque al más mínimo intento, yo disimuladamente lo he rechazado. En esos escasos momentos alcanzaba a ver por el rabillo de mi ojo su expresión un poco dolida, pero lo tapaba rápidamente con una máscara de tranquilidad. Algo dentro de mí se agitaba dolorosamente al verlo, y las ganas de acercarme y abrazarlo me llenaban hasta el punto de picarme las manos pero… pero honestamente las fuerzas me faltaban. Lo hacía, lo hacía fervorosamente en mi mente, ya que no soy ajena a su sufrimiento por la muerte de George, pero la parte egoísta solo quería alejarse y ocultarse con su propio dolor. Con mi dolor. Y esta parte era la más fuerte ya que por ello, lo que menos quería en este momento era contacto… me resultaba mal cuando lo único que quería era irme y desaparecer para siempre.

Ver a Peeta en ese estado me incomodaba a más no poder, por lo que seguí recorriendo mi mirada sólo para tensarme más al ver a Grisella acurrucada al otro lado de Peeta con su cabeza enterrada en un lado de su cuello. Mi mandíbula se tensó pero se alivió un poco al ver la cara manchada en lágrimas de la chica, con el sufrimiento pintado claramente en su rostro, mientras enfocaba un punto muerto enfrente de ella. Bueno, cada quién tiene sus maneras de llevar su dolor… Lo dejo pasar por el momento y miro fugazmente al sr y sra Quant, esta última sosteniendo a una llorosa Clare. Su cara me da aún más ganas de llorar, al verla tan frágil, tan encogida en sí misma, pareciendo diez años mayor de lo que es. Luce un vestido gris oscuro que acentúa las canas de su cabello, pero lo que más me entristece es ver como en su mano derecha sostiene un portarretrato que, supongo será una foto de ellos dos ya que la tiene agarrada fuertemente en su pecho. La pérdida de un amor tan grande no debe ser fácil de sobrellevar… sobre todo cuando era de ese tipo de amor puro y sincero que se profesaban ellos dos. Por alguna razón mi mirada se dirige repentinamente a Peeta… No… yo no podría con la muerte de él, en teoría… creo… creo que me moriría con él. Trago fuertemente. Sabiendo con total seguridad que eso sería mi total destrucción. Ni sé por qué estoy pensando en esto así que enfoco mi mirada de nuevo al frente.

Llegamos a un punto donde el encargado de la ceremonia llama a aquellas personas que quieran dedicarle unas últimas palabras a George. El sr Quant es el primero.

-George Ganger era una gran persona. Gran hijo, esposo y amigo. – empieza el sr Quant con la mirada perdida. – Donde quiera que esté ahora, sé con certeza que está bien y feliz. Y nosotros estamos contentos de que sea así, ya que sabemos que en el fondo él siempre nos acompañará. – después de esto procede a colocar un pequeño ramo de flores lilas sobre su tumba, se queda un minuto de pie, como dándole una última despedida silenciosa antes de que sea enterrado en lo profundo de la tierra. Después de un momento se aleja.

Me sorprende ver a Clare parándose, se ha limpiado las lágrimas y logra enderezarse completamente, reflejando fortaleza por cada poro de su piel. No puedo evitar admirar a la mujer.

-Aún no puedo creer que esto esté pasando. – inicia, con una sonrisa algo trastornada. – Hace una semana estábamos pensando en tomar unas vacaciones, las primeras vacaciones en mucho tiempo, pero tú… tú solo te fuiste así sin más. – susurra con el amago de lágrimas en sus ojos. – Viejo tonto, ¿por qué no pudiste aguantar un poco más?, claro, como siempre llevándome la contraria, hasta el final. – le reprocha, hundida en sus pensamientos. – Pero basta, dejaré todo este reproche para después… - vuelve a murmurar en voz baja. – Para después cuando nos veamos mi amor, porque no creas que te vas a escapar tan fácil de mi ¿eh? – y esta vez sonríe genuino. – Te veré pronto… No olvides que te amaré por siempre. – finaliza con voz rota, escapándosele un sollozo justo antes caer de rodillas junto al hueco, y colocar un ramo de flores blancas.

Me quedo estática, viendo la escena delante de mí, como si estuviera a mil kilómetros luz de distancia. Una cosa es lidiar con el dolor propio, y otra es sentir el de los demás, como si fuera tuyo propio. Puedo sentir los ojos de Peeta sobre mí, pero afortunadamente no hace ningún intento por tocarme… en estos momentos sólo quiero mantenerme así, ajena a todo, pensando que quizá entre menos haga o diga algo, menos será el dolor que amenaza con llevarme al profundo de ese abismo sin retorno.

Varías personas más pasan y comparten sus palabras de despedida, yo las escucho vagamente. Estoy en ese estado donde mi mente está totalmente en blanco, mi cuerpo está aquí, pero en realidad estoy a mil años luz. La cara del sr Ganger pasa por mi mente, saludándome con la mano, y yo le devuelvo el gesto antes de que se vaya muy…

-La vida no es fácil. – comienza esa voz… su voz, sacándome de la bruma de mi cabeza. Peeta. – Todo lo contrario, más bien, es dura y difícil, y creo que todos los presentes dan fe de ello. – prosigue Peeta, ganando la atención de todos. Se ha parado justo al lado de la tumba, tiene una flor blanca en su mano, ni me di cuenta cuándo la tomó. – Sin embargo, hay momentos donde todas esas dificultades, obstáculos y cosas malas valen la pena. La felicidad y la alegría y el éxito siendo los mayores premios. Y es que, ¿qué es la vida si no se viven así como momentos malos, momentos buenos? – dice Peeta, mirando a todos directamente. – Precisamente eso es lo que caracterizaba a George Ganger, la capacidad que tenía de sortear los momentos difíciles y de disfrutar en pleno los felices. Yo creo que todos deberíamos aprender de él. La fe, la amabilidad, el respeto por los demás, y el amor por su familia. – pronuncia esto último mirando a Clare directo en el ojo. – Por muchas dificultades que haya, o por muy dolorosas que sean las situaciones, hay que aprender a sobrellevarlas y tratar de encontrar ese mundo en el que George se mantenía constantemente… ese mundo en el que estoy seguro todo era como debería ser, y del cual no dudo la presencia de Clare en él. – sonríe con esto último. – En esta vida siempre vamos a estar en riesgo; riesgo de perder a alguien de tu familia o amigos, o en riesgo de perderte tú mismo… pero eso no es lo importante… Lo importante es que logres seguir adelante, logres atravesar esa nube brumosa de desolación y tristeza… y seas capaz de ver que al final del camino… - carraspea en un obvio intento de retener el rompimiento de su voz. - al final del camino siempre habrá una luz de esperanza.

Dejo de escuchar después de eso. Me encuentro temblando inevitablemente, sintiendo un peso oprimiendo mi pecho. Logres atravesar esa nube brumosa de desolación y tristeza, se repite cientos de veces en mi cabeza. Peeta ha sabido llegar a lo más profundo de todos, pero sin saber ha llegado a lo más profundo de mí…

Miro sin ver cómo Peeta deposita la pequeña flor sobre la tumba y llega a pasos largos a su asiento. Mi visión periférica alcanza a ver asentimientos de cabeza y pequeñas sonrisas en respuesta a lo que dijo. Lo que no me sorprende claro, Peeta siempre ha sido el de las palabras.
Logres atravesar esa nube brumosa de desolación y tristeza.
Se repite esa frase en mi mente una vez más. Pensé que ya eso estaba al fondo de mi mente… que tal vez… sólo tal vez ya me estaba empezando a recuperar… ilusa de mí. El dolor lacerante vuelve con potencia, arrancándome una lágrima sin poder evitarlo… Mi patito
Prim.
Carraspeo fuertemente para evitar que un sollozo atraviese mi garganta, pero es inevitable, mis manos se vuelven puños mientras dirijo mi mirada de nuevo al frente… de nuevo al hueco.

Esa pudo haber sido la tumba de Prim… Tumba que no tuvo porque no quedó absolutamente nada de ella. El fuego lo consumió todo… Incluyendo partes de mi piel.

No… no creo poder soportarlo más. Cuando el encargado hace una pausa; me levanto abruptamente, ganando así la atención de todos los presentes.

-Katniss… - susurra Peeta, tomando mi mano.

Trato de recomponerme todo lo que puedo y con delicadeza saco mi mano de su agarre. Sin decir una palabra, me volteo y tomo el camino más corto a la Aldea de los vencedores. A pasos gigantescos, corriendo.





Abro la puerta agitadamente, con ese peso en mi pecho presionando y sacando todo lo rudo en mí. Me dirijo a la cocina, donde apresuradamente tomo agua, directamente del tarro, tratando de ignorar las gruesas lágrimas que ya corren por mis frías mejillas.

Cuando creo que me desmayaré ahí mismo en el pasillo, saco fuerzas, de donde no sé; y subo a paso lento al segundo piso, directo a mi habitación, donde la cama es lo único que me llama en el momento. Me quito los zapatos maniáticamente, queriendo dar rienda suelta de ellos, y me tiro pesadamente en el colchón, solo para acabar acurrucada en posición fetal, sofocando los sollozos que rompen mi garganta en el camino a salir.

Prim, George, Boggs, Cinna, Finnick, Rue, Thresh… y la larga lista que le sigue… sus imágenes en mi mente me atormentan hasta que al fin se acumulan en un grito que rompe todo mi ser.





Estamos en medio de la plaza central del capitolio, los rebeldes y los que no son rebeldes, civiles e incluso niños alcanzo a ver desde mi posición… Busco frenéticamente con mi mirada a Haymitch o incluso a Gale, pero  todo lo que veo son caras que me miran con un desprecio profundo.

De repente me percato de la posición en la que estoy. Verdaderamente.

Estoy atada de manos y pies a un poste que está ubicado en todo el centro de la plaza, una posición demasiado conocida…

Oh mi… Este mismísimo puesto es donde el presidente Snow estuvo justo antes de morir. Empiezo a temblar incontrolablemente cuando me percato que todas y cada una de esas personas, están armadas con algo, armas de fuego, cuchillos, palas, piedras… Palideciendo cuando allá, en el balcón de un edificio… está Prim… apuntándome.

Su cara carece de expresión. Tiene el pelo corto y está vestida por un traje negro que no tiene nada que ver con la niña tierna y amable que una vez conocí.
-Prim… - susurro, con voz derrotada… - Perdón. – y bajo la cabeza mientras más lágrimas caen.
-¡MUERTE AL SINSAJO! – grita una voz demasiado conocida a un lado de ella. Finnick. No necesito levantar la cabeza para saber la mueca cruel que luce su rostro.

Lo último que alcanzo a ver, antes de sentir el disparo en mi pecho, es como un George Ganger me mira desde una esquina, con una mirada de reproche en su rostro.






Lo siguiente que sé es que estoy acostada, tirada más bien, sobre una cama no muy cómoda, sintiendo como algo raro y pesado cae sobre mi cuerpo. De repente eso raro y pesado cae sobre mi cara.
Tierra.

Es entonces cuando noto estoy tirada sobre una cama de tierra, con pequeñas piedrecitas incrustándose en mi piel ya magullada. Con toda la fuerza que reúno, levanto mis manos de los lados para retirar la tierra de mi rostro, sólo para enfrentarme a otra tanda de tierra que cae sobre mí. Gimo con impotencia, mientras gruesas lágrimas se derraman de mi rostro, siendo absorbidas por la oscura tierra. Por el rabillo de mi ojo escucho las risas… sí, risas crueles y malvadas de gente que una vez conocí… Disfrutando verme como me ahogo poco a poco con la tierra encima de mí…







-¡NOOO! ¡NO, NO POR FAVOR! ¡No más! -  me retuerzo histéricamente, tratando aún de apartar la tierra de mi cara. - ¡NO LO SOPORTO! Sólo déjenme… ¡DÉJENME! – grito mientras lucho con la fuerza que quiere derrotarme.
-Katniss… ¡KATNISS! – exclama esa voz… esa voz que conozco de algún lugar, mientras trata de detener mis manotazos.
-¡No! ¡Aléjense! ¡Por favor ya no aguanto! – sollozo mientras la fuerza se hace mayor y me sostiene firmemente.
-Katniss… abre los ojos… mírame soy yo. – de nuevo esa voz suave. – Todo está bien, estás bien… - Algo hipnotizante de esa voz hace que abra los ojos y de repente me encuentre con un mar de color azul.
-¿Pee… Peeta?
-Sí soy yo, soy yo… - susurra poniendo su mano en mi mejilla para retirar las lágrimas.
-Peeta… Oh Peeta… ¡PEETA!- lloro su nombre mientras noto como más lágrimas siguen derramándose. Sin poder evitarlo me tiro temblorosa a sus brazos en busca de consuelo.
-Shhh pequeña… estás bien. – dice en voz baja acariciando mi cabello.

Un río de lágrimas hace su paso por mi cara, pero no me importa. Fue… fue una horrible pesadilla y no quiero jamás volver a dormirme. Escucho a Peeta susurrarme palabras dulces y tranquilizadoras, pero el temblor en mi cuerpo parece no ceder. Me obligo a separarme de su cuerpo, así tal vez pueda irse ese temblor, pero el viento que corre por la ventana parece tampoco querer colaborar. Me encojo sobre mi misma.

-Todo está bien… estás bien… - sigue Peeta en voz baja, aún con su agarre en mi pelo. Levanto mi mirada en busca de sus ojos y me sorprende verlos con esa calidez tan característica de él, destilando montones y montones de todo ese cariño que que siente por mí.

Más lágrimas se derraman mientras temblorosa pero firme, coloco mi mano en su mejilla y hago un poco de presión para que baje su cabeza y así, sus labios se encuentren con los míos.
Ese contacto… en ese punto… es todo lo que necesitaba. Muevo mis labios sobre los suyos buscando ese calor que tanto me calma, y al ver que no hay movimiento de su parte, presiono más mis labios y los muevo con más fiereza hasta que, luego de unos cuantos segundos de vacilación por su parte, se rinde por fin con un pequeño suspiro y comenzamos una danza en la que lo único que hay es entrega por partes iguales.

No sé qué es lo que me llevó a besarlo, fue un impulso que simplemente no pude resistir… necesitaba tocarlo… necesitaba sentirlo de algún modo, y en estos momentos, abrazarlo no es suficiente.
Presa de algún hechizo, envuelvo mis manos en su bello pelo rubio… no sabía cuántas ganas tenía de hacerlo hasta que mis manos se levantaron por voluntad propia y acariciaron ese pelo que no sólo se ve suave, sino que se siente suave. En respuesta Peeta gruñe levemente y me acerca más a él, con su mano firmemente en mi cintura.
Cuando siento su lengua tocar mis labios, como para pedir permiso su entrada, todo pensamiento coherente me abandona para dejarme sola en un mundo donde solo estamos Peeta y yo.
¿Cómo consigue siempre él calmarme, alejarme de todo oscuro pensamiento? No tengo ni idea. Irónico que hace unas pocas horas estuviera rechazando su toque, y ahora todo lo que quiero es eso, contacto, pero no del de cualquiera, sino del de él, su pelo, sus ojos sus brazos, sus labios… Coloco a un lado cualquier pensamiento del por qué no deberíamos estar haciendo esto, o dónde nos dejará esto al final y simplemente abro más mi boca, permitiéndole ese acceso que no sólo quiere él, sino que también quiero yo. 





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Resultado de imagen para katniss y peeta beso en la playa



Notas: Bueh bueh bueh *tose* no mucho qué decir el capi lo dice todo. :)

Jaja cabe decir que fue todo como lo imaginé, incluso si van al libro, la última página antes del epílogo dice algo como... "entonces sus brazos dejan de ser mi cobijo hasta que son sus labios..." en fin algo así, total que yo entendí que su primer beso así real asdfgghj fue en medio de una de las pesadillas de Katniss, así que así lo puse :D ¿qué piensan uds? les gustó o les hubiera gustado que fuera un ambiente menos triste?

Eeeeeeen fin, ¿les gustó? ¿no? ¿poquito? ¿mucho? ¿malo? awww si no les gustó me pondré triste :(
jajajaj mentiras, sugerencias bienvenidas, puede que edite el capi, después de todo lo publiqué apenas lo acabé y puede que al final acabe cambiando algo :)

YA! deos si no paro me alargo... El siguiente capi... umm pues si les gustó este y quieren el otro, diganmelo para que me genere más presión y lo acabe antes de año nuevo!! jajaj o sino bueno... nos leemos el año que viene jajajja :D

Ay bueno ya, si no nos leemos en estos días, que tengan un ¡FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2016! Les deseo un Peeta para cada una... o una Katniss si hay algún chico por ahí que me lee :3

Y como siempre...


Que la suerte esté siempre de vuestro lado








13 comentarios:

  1. me ha encantadooooo!!!!! es perfecto y espero q puedas subir otro muy pronto me has dejado con mucha imtriga

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    1. Helloooo
      Y a mi me encanta que te haya encantado!! ; D
      Siii, siendo honesta aún no lo he escrito pero ya lo pensé así que podria decir que llevo media parte hecha no?
      Jajajaj gracias por tu lindo comentario :3

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  2. Aunque no comente nunca yo sigo aquí desde que empezaste la historia y espero con ansias el capitulo 28 y espero que haya cositas divertidas ejem*como lo del beso*ejem
    y te comento porque ya se con más certeza como comentar :´D
    Bss ^^.

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    1. Hola Carlota :) tiempo sin ver un comentario tuyo xd pero ahora que ya sabes supongo que lo harás más seguido lol
      Ya pronto... espero saber de ti más seguido :)

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  3. hola, megusto mucho el capi please publicallevo desde ese dia esperando porfa

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    1. Lamento hacerte esperar Juana :( de verdad. Tu deseo se hará realidad no te preocupes :)

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  4. Hola, esta muy interesante y me gusta como narras, pero yo comencé a leerte desde potterfics y me gustaría preguntarte si la historia de " el acompañante...." La terminaras o algo asi

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    1. Hola anon! No entiendo tu pregunta... yo no tengo una historia que se llame "el acompañante" sorry u.u

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